EL POR QUÉ DE EL BLOGÍGRAFO



El Blogígrafo es un blog destinado a mi producción literaria personal y a recomendaciones que por algún motivo tienen un interés especial, relacionadas con el mundo de la literatura, y a otras que crea que son de interés general. Si queréis colaborar a que este blog crezca con vuestras aportaciones, adelante. Un saludo.





sábado, 13 de septiembre de 2014

SÉ ÚNICO

Al escribir, lo que pretendo con mis textos es no dejar indiferente. Intentar llegar hasta la conciencia del lector con historias a pie de calle. Me gusta quitar a mis protagonistas esa coraza ficticia con la que nos protegemos del resto, o de una vida que quizás nos asusta más de lo que pensamos. Desnudarles hasta mostrar sus miserias. Muchas veces lo hago conmigo mismo. ¡Qué mejor sparring para recibir los golpes! Me ayuda a sentirme mejor, como más liberado.

SÉ ÚNICO.


Intenta diferenciarte,
hacer algo que te identifique,
que le demuestre a la vida
que no eres su títere,
o su juguete abandonado.
Por algún motivo
yo lo hago escribiendo.
Tal vez sea mi terapia,
o quizás no.
Ni sé, ni me importa,
si lo hago bien o mal.
No voy a vivir de ello;
no tengo obligación de gustarle a nadie;
no tengo nada que perder en mi vida de perdedor,
atrapado en un empleo sin aspiraciones
que se cree dueño de mi vida de plebeyo,
de sumiso siervo, leal por dependencia,
agradecido por poder conservarlo,
y fingiendo ser feliz
sin poder ser yo mismo.
Han creado leyes a medida de los empresarios,
destinadas a esclavizar al obrero.
Leyes con las que es imposible reclamar tus derechos,
e incluso enfermar,
si no quieres verte de patitas en la calle.
Leyes que nos acoplan
de forma servil e indigna,
en un país de parados,
como si nos hiciesen un favor
obligándonos a mostrarnos dóciles y satisfechos,
desprovistos de toda dignidad
para recibir un sueldo de migajas.
La vida es cruel;
no ofrece concesiones.
A diario pone a prueba nuestra resistencia,
pero no hay que concederle victorias fáciles.
De momento seguiré escribiendo,
siento que todavía tengo mucho que expresar,
y me siento bien
mostrando los fantasmas de mi biografía de olvidado,
demostrándole a la vida que no me va a vencer.
Y seguiré haciéndolo a mi manera,
sin miedo al rechazo,
porque no tengo pretensiones,
porque no sueño con llegar lejos,
porque no aspiro a vivir en Pedralbes,
donde no llega la miseria,
porque veo más importante saber estar que querer estar,
saber encajar, que desencajar por ingenuo.
Mi máxima aspiración consiste en finalizar mi jornada,
sentarme frente al ordenador junto a un gin tonic
y liberarme de mis frustraciones,
o creyendo hacerlo escribiéndolas.
Tal vez realmente sea una pérdida de tiempo,
una cortina de humo,
un simple decorado,
pero desafío a la vida con palabras,
escabulléndome de la sumisión con la escritura,
evitando sentirme un muerto viviente,
una parodia de mí mismo
sintiéndome un dios fabricando historias,
manipulando a mi antojo
vidas de grandezas y miserias.
Desconozco hasta cuando escribiré.
Tal vez algún día se me acabe el ingenio,
si es que alguna vez lo he tenido.
Tal vez algún día considere absurdo continuar.
Tal vez enferme y no pueda seguir.
Tal vez pierda del todo la chaveta,
o tal vez la Tierra se harte de nosotros
y decida mandarnos a tomar por culo.
Quién sabe.
Puede que esté un poco paranoico.
Pero ¿Qué hombre corriente no lo está?
Los psicoanalistas aseguran que todos lo estamos,
que no existe la normalidad.
Seguiré comiendo gracias a mi empleo;
seguiré escribiendo para olvidarme de mi empleo,
para olvidarme hasta de comer.
Es mi válvula de escape.
La sociedad lleva las riendas de nuestras vidas;
yo llevo las riendas de mis escritos
donde soy el dueño absoluto,
el puto amo.
He encontrado algo por lo que vale la pena luchar,
algo donde puedo sentirme el patrón,
puesto que de mi vida de asalariado no puedo,
ya que parece pertenecer a otro.
Pero en mi quimera de letras
me siento único e irrepetible.
Todos somos únicos e irrepetibles,
tan solo se trata de sabernos encontrar.
Al Segar.

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