martes, 11 de abril de 2017

AQUÍ ESTOY





 SI QUIERES PUEDES ESCUCHAR LA CANCIÓN MIENTRAS LEES.





AQUÍ ESTOY.


 


En el ratito de cada tarde,


sentado frente al teclado,


la lámpara de sobremesa


tenue y acogedora,


algo de música,


clásicos de los 70 sonando suavemente,


una bebida fresca a mi derecha,


descalzo, como me gusta


y buscando no sé qué


con lo que escribo,


en esta edad


en la que ya no soy joven


pero tampoco viejo,


y las malas noticias


comienzan a llegar.


Ya no creo en casi nada ni nadie,


estoy de vuelta de ciertas cosas


y otras me aburren del todo,


pero sigo escribiendo


sin convicción


pero por costumbre,


por rutina,


o por cariño tal vez,


sentado frente a la pantalla en blanco


a la que no sé realmente que contarle,


con esas sombras acechándome


desde la penumbra del cuarto


y el fracaso llamando a la puerta.


Ya no me importa acabar frases,


poemas


o relatos,


dejarlos para otro día más ilusionante


o desecharlos del todo;


nadie los espera;


a nadie le interesan mis frustraciones,


y ya no veo luz


en estas palabras escritas.


Tan solo soy el producto


de un pasado deshilachado


que ha derivado


en un presente insípido


y un futuro inquietante.

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